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La Villajoyosa, una vila a todo color
El paseo marítimo de La Villajoyosa destaca por sus casas coloridas situadas frente al mar

Detalles de los colores de las casas pesqueras de Vilajoyosa
20 MAYO 2017
DANIELA QUIÑONERO
La Villajoyosa, más conocida como La Vila, es un municipio de la Marina Baixa que pertenece a la provincia de Alicante. Con una larga historia pesquera es conocida en el Mediterráneo por su gastronomía, llegando a celebrarse fiestas culinarias según el mes del año. También son conocidas sus celebraciones de Moros y Cristianos y una recuperada zona pesquera llena de colores.
La Vila es conocida en el ámbito gastronómico por ser la cuna de la conocida marca de chocolate: Valor, llegando a incluir un museo gratuito en el municipio donde poder saber como se hace este chocolate.
Sin embargo, si por algo es más conocido este municipio de la Marina Baixa es por su zona de pescadores. Se trata de un casco histórico que mantiene la misma estructura de casas de pescadores muy cerca del mar pero con la singularidad de que todas sus casas son de colores, llamativos y distintos en cada edificio. Un abanico de colores que hace que las vistas desde el mar sean preciosas. En verano sus aguas cristalinas y el color de sus casas atrae a muchos veraneantes a pasar unos días en estas costas, haciendo así a La Vila un lugar ideal en el que disfrutar de un día soleado.
La Villajoyosa comparte atractivo con una localidad muy cercana como es Finestrat, considerado junto a La Vila como uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana e incluso del ámbito nacional. Desde ambos se puede ver El Puig Campana, montaña característica que se localiza al lado de Finestrat pero que dada la distancia de esta con La Vila, se permite apreciar bien desde los dos municipios. Esta montaña deja así a los dos pueblos cercanos a Benidorm envueltos por playa y montaña. Finestrat no cuenta con una playa próxima ya que es un municipio más de interior, no por eso menos bello. Además permite a pocos kilómetros ir a la Cala de Finestrat o volver a La Villajoyosa a disfrutar de una de sus playas como puede ser: La Playa de los Estudiantes, Cala Mallaeta o incluso una playa que está más escondida y al que no llega tanto turista como es la Playa de las Torres.
Es destacable que en La Villajoyosa se pueda diferenciar claramente el casco antiguo de la zona nueva ya que están separados por una carretera. La zona antigua, zona de pescadores, cuenta con un encanto especial. El municipio de La Vilajoyosa tiene su origen en la Edad de Bronce y fue denominada durante siglos bajo el nombre de Alonis, tal y como han apuntado diversos textos encontrados.
Según dicta la tradición, las casas de pescadores fueron pintadas de colores llamativos para que los pescadores pudieran reconocer sus casas en la distancia, después de las largas jornadas en el mar. Por este motivo cada una cuenta con un color, así podrían diferenciarla de la casa del vecino y saber situarse.
Este conjunto de colores se puede encontrar alrededor de todo lo que sería el casco histórico, que de esta forma sigue con la tradición a la vez que dota al pueblo de un elemento propio y distintivo. Tal es así que hasta las zonas que no se ven desde el mar están adornadas con numerosos colores, así ocurre en las casas que dan al Río Amadorio, en el que se distinguen casas muy cercanas al precipicio que llega al río.
Este singular colorido que pinta La Vila hace que haya permanecido durante años como si el tiempo no pasara en estas tierras, pese a poder divisar a lo lejos las nuevas viviendas con construcciones más elevadas.
Las vistas que se reciben desde la playa son las ideales para ser disfrutadas en un día soleado de verano. Así que es recomendable que si desean conocer las casas de La Vila, pasen un día entero disfrutando de sus playa y con la caída del sol, es el momento en el que se puede aprovechar para visitar Finestrat, conocer su belleza y sus calles.

Puig Campana visto desde la carretera que une La Villajoyosa con Finestrat.
Las casas de pescadores fueron pintadas de colores llamativos, para que los pescadores pudieran reconocer sus casas en la distancia





