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Un paseo por el pasado árabe de Alicante
La ruta dels moriscos sigue las pistas de los moriscos en el norte de la provincia de Alicante
27 MAYO 2017
NEUS PEIDRO
Al pensar en el Lejano Oriente, son Sherezade, Aladino y compañía quienes acuden a nuestra mente. Sin embargo, hubo un tiempo en que los moriscos habitaron el norte de la provincia de Alicante, hasta su expulsión definitiva en 1609 a manos del rey Jaume I. Su legado, no obstante, todavía puede apreciarse en estas tierras, configurando un paseo conocido como La ruta dels Moriscos.
La CV-700 y la CV-712 unen los distintos testimonios del pasado morisco de Alicante, estableciendo una ruta circular que finaliza en el mismo punto que empieza. Ya sea desde Pego o desde La Vall d’Alcalà, a lo largo de esta carretera de montaña existen unas cuantas paradas obligatorias.
Los primeros testigos que quedan de la ocupación morisca se encuentran en los términos municipales de Benisili y Benirrama. Ambos pueblos cuentan, en lo alto de sus montañas, con las ruinas de dos castillos puramente moriscos. Se llega a ellos mediante una excursión de dificultad media-alta a través de un sendero en la montaña, si bien para llegar al de Benirrama existe una carretera no asfaltada que deja cerca del mismo.
El Castillo de Forna, una torre morisca

Una excursión de dificultad media - alta lleva hasta el Castillo de Benirrama

Las calles de Forna mantienen un halo morisco

Las torres del castillo se ajustan casi perfectamente a los cuatro puntos cardinales

En el interior del castillo se encuentran pinturas que datan del siglo XV

Arcos ojivales, de influencia mudéjar

La visita puede hacerse por libre o con un guía especializado

El Castillo está acondicionado para poder realizar las visitas

En el pasado, estas ruinas fueron un pueblo morisco

El despoblado se encuentra a la salida del lugar en el que vivió el último visir morisco
Siguiendo la ruta en coche, se llega a un pequeño pueblo cuyas influencias árabes se pueden apreciar en el diseño de sus calles. A pesar de los años, en Forna todavía se puede respirar el aroma de los moriscos. Prueba de ello es el Castillo de Forna, uno de los castillos moriscos mejor conservados de toda la Comunidad Valenciana.
Tras aparcar el coche en la falda del montículo y subir una empinada cuesta asfaltada, se llega a la entrada del castillo. La visita puede hacerse de forma libre o con un guía especializado que explica los detalles de este castillo. La construcción está diseñada en forma de cuadrado regular, contando con cuatro torres en cada uno de las esquinas que coinciden casi a la perfección con los cuatro puntos cardinales. Además, hay evidencias que señalan que el castillo fue construido en dos fases, entre las que pasó bastante tiempo.
Nada más entrar al castillo, llaman la atención los arcos ojivales de influencia mudéjar, construidos en ladrillo. Además, una de las cámaras situada a mano derecha cuenta con pinturas que datan del siglo XV. El recorrido está habilitado para que los visitantes puedan recorrer la gran mayoría de las estancias.
De vuelta al coche, y siguiendo en dirección a Ebo, se pasa por delante de la Cova del Rull. Ya casi al final de la ruta, todavía hay dos paradas que muestran el pasado morisco de la zona Una de ellas es el despoblado morisco de L’Atzuvieta, situado a la salida del La Vall de la Jovada, uno de los despoblados que mejor se conservan. El poblado quedó sin habitantes cuando el rey Felipe III decidió expulsar a los moriscos de sus tierras, pues no creía en su inclusión en la sociedad cristiana.
El despoblado se construyó sobre una superficie rocosa, limitando con el rio Girona y con los campos de cultivo. Si bien no hay un sendero o camino establecido, se puede pasear por entre lo que queda de lo que en su momento fue un poblado. De nuevo, son los arcos ojivales, que se mantienen en pie, lo que más llama la atención de este lugar.
Parada obligada es también el pueblo de La Vall de la Jovada. Este fue el lugar en el que vivió Al-Azraq, último visir árabe en tierras alicantinas y cuya rebelión dio origen a las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoi. La actual plaza del ayuntamiento fue en su momento el palacio del visir. Además, su rostro puede apreciarse en la fuente de la misma de plaza, de la que mana agua totalmente potable.
Dependiendo de las excursiones que se realicen, la duración de la ruta puede llevar entre una mañana o unas doce horas, realizando las excursiones a pie. Además, la zona cuenta con una gastronomía propia, que se puede degustar en los distintos bares de cada uno de los pueblos que atraviesa la ruta.
Naturaleza e historia. Pasado y presente. Más allá de los testimonios moriscos que quedan en pie, esta ruta pone en contacto directo con el pasado y con la naturaleza a quienes decidan realizarla. Hacer la Ruta dels Moriscos es sumergirse en el pasado árabe de la provincia de Alicante.
Un pueblo despoblado

El castillo de Forna es uno de los castillos moriscos mejor conservados